Écija, ciudad que me vio nacer,
ciudad de raíces de mi sangre,
Écija, mi cultura y mi ser,
ciudad que arropa mis estandartes.
Torres, que solo tú sabes levantar,
palacios, que te engalanan,
monumentos, que te embellecen
y un museo lleno de tu historia pasada.
Tus calles son el paraíso,
lleno de sol y vida,
bañado por un Genil,
cuyos meandros surcan tu alegría.
Écija, de mis amores adolescentes,
ciudad que me vio jugar,
rincones soñados y ocultos,
Écija, yo no te puedo olvidar.
Écija, de mis recuerdos,
Écija, de mis venas,
Écija, la ciudad que llevaré por bandera.
Carmen María Fernández Alarcón