viernes, 9 de abril de 2010

24.- LA ERMITA DEL VALLE




Han sido muchos los poetas y pintores que a lo largo de la historia se han inspirado en este rincón poético tan típicamente ecijano para sus obras. Como muestra os dejamos a Benito Mas y Prat y a Pepita Tomás.


LA ERMITA DEL VALLE

¡Como se van las horas

y tras ellas los días

y los alegres años

de nuestra frágil vida!

MELÉNDEZ VALDÉS


¡He aquí la pequeña ermita

que en mi niñez visitaba,

he aquí sus nevados muros

y sus frondosas acacias!


¡Oh con qué melancolía

templo la doliente arpa,

para evocar los rercuerdos

de las horas de mi infancia!


¡Qué diferente esta tarde

de aquellas tardes tan gratas,

en que sin duelos ni cuitas

a tus puertas descansaba!


¡Todo, todo ha variado!

¿Qué mucho que variara

si la rueda de la suerte

es tan fácil y voltaria?


Ya cuando cae la tarde

y la luna se levanta,

no vienen alegres niños

a jugar en la explanada.


Cerradas están sus puertas,

no arde en el altar su lámpara,

crece en el patio la hierba

y está muda la campana.


¡Ermita, como tú tengo

la soledad en mi alma;

por eso vengo a cantarte

antes que el tiempo te barra!


Todo, todo lo he perdido,

no guardo ni una esperanza,

no puedo ni arrodillarme,

porque hasta la fe me falta.


Árido campo es mi vida

que solo nutre cizaña,

y mi corazón un yermo

donde ni un árbol se halla.


Sólo vivo de recuerdos,

por eso en estas acacias

hallo el dulce sentimiento

de las horas de mi infancia.


Y al contemplar estos sitios,

mudos como yo y sin alma,

dejo la doliente lira

para verter una lágrima.

Benito Mas y Prat.( Año 1869).

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Ermita del Valle, por Francisco de la Matta.

Os dejamos un enlace a un video de este poema recitado por Pepita Tomás


TIENE MI PUEBLO UNA ERMITA

Tiene mi pueblo una Ermita

que aparece descansando

en las lindes del camino.

La arrulla el Genil cantando

y los rudos campesinos

pasan por ella rezando.


Tiene mi pueblo una Ermita

como una blanca paloma:

entre la verde arboleda

la besa el sol cuando asoma

y admirándola se queda

desde la cercana loma.


Tiene mi pueblo una Ermita,

y ella es tierra tan Sagrada,

porque toda nuestra Historia

allí fue Santificada,

como un símbolo de Gloria,

ahora triste y olvidada.


En las lindes del camino

emerge blanca y bonita,

silenciosa y solitaria…

y entre sus muros palpita

los ecos de una plegaria,

¡Tiene mi pueblo una Ermita…!


Pepita Tomás Montero:

Desde las riberas del Genil. Poemas Ecijanos. Op.cit.: 23.




1 comentario:

  1. En el hondón del valle, casi cuando el río se despide de las torres y dice adios a las últimas casas de Écija, donde el campo ya lo es y exige su labor; al comienzo del adiós; hay una ermita, como un arca chiquita hecha por el artesano del pueblo, con tanto amor como arte para haccer cosas pequñas y entrñables , como si fuera capaz de hacer amores pequeños y hermosos, ¡joyas del alma! ése hizo una ermita camino del valle abajo, blanca como la nieve, cálida como el corazón de Écija, como su sol. Para qué decir más: la ermita del valle. Tan pequeña que una sola persona con fe, podría llenarla. Qué digo, con un padrenuestro bien rezado está ya llena. Tiene una cupulílla que con una Salve está repleta hasta el linternín que la concluye hacia el cielo. El resto del tiempo se va en meditaciones breves pero intensas, concentradas como píldoras de oración espontánea y pura al abrigo de los, también, pequeños muros de una oración blanca y recogida. Marcelino

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